Descripción
Cuidado con lo que haces, que el León 44 todo lo ve.
Cada uno de sus ojos se turna para descansar y siempre alguno queda de guardia, observando lo que en el mundo ocurre.
Por su caño brota todo aquello que ha visto y que prefiere olvidar. Hay secretos que sólo conciernen a la conciencia de cada uno y el León 44, aunque es fuerte de espíritu, no soporta el peso de tanto remordimiento y falta de moralidad.
El León 44 no juzga, sólo observa. Su condena es ver el mal de este mundo y su indulgencia el poder vomitar lo que más le duele.
No se puede hacer nada por liberarle de este castigo, sólo acariciarle y darle amor para apaciguar su dolor. Si lo quieres para ti, ruge.