Descripción
Caminando por los jardines del Generalife escuché a lo lejos un 🎻violín que se fundía con el sonido del agua.
Era una melodía suave y dulce y algo había en ella que me atraía como si en lugar de en Granada estuviera en Hamelín.
Anduve buscando su origen y persiguiendo las notas hasta que las alcancé en el Patio de la Acequia.
¿Y a quién me encontré allí?
Pues sí, lo habéis adivinado. Enmarcado por el arco principal, al otro extremo de la infinita acequia, estaba el León 51 vomitando amor y dejando el estanque repleto de corazones flotando ♥️♥️♥️
Si no me crees, subid a verlo. Y si ya no están los corazones ni el León 51 es porque alguien falto de cariño se los ha llevado.